Miller, A. (2013). Las Brujas de Salem.
Barcelona: Maxi TusQuets.
viernes, 15 de septiembre de 2017
jueves, 14 de septiembre de 2017
Conmoción generalizada en una época de injusticias
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extraída de es.paperblog.com/the-lords-of-salem |
La obra de Arthur Miller, “Las brujas de
Salem” es, según nuestro punto de vista, una excelente representación de un
momento histórico donde las injusticias eran la fuerza predominante en las
vidas de los habitantes; como la esclavitud, la que se ve reflejada en
libro: "La puerta se abre y entra su esclava negra. Tituba tiene
algo más de cuarenta años. Parris la trajo consigo desde las islas
Barbados" (Miller, 2013) lo que para nosotros es aberrante al tener en cuenta
que aun teniendo sistemas sociales, religiosos, jurídicos; en ese momento
todavía no había un cambio de pensamiento acerca del derecho a la libertad de
todas y cada una de las personas. Y si esto no fuera suficiente,
las mujeres fueron perseguidas por mentiras, malos entendidos o envidia desde
sus vecinos, comenzando así con una cacería de brujas donde el castigo es la
muerte sin ninguna oportunidad de defenderse por sí mismas.
Debido a la antigüedad de la época, miles
de mujeres fueron cruelmente asesinadas mediante la horca o la hoguera, que son
métodos de asesinato vergonzosos, debido a que son públicos y expuestos a todos
los habitantes del pueblo/ciudad. Además son dolorosos, debido a que se
quemaban lentamente, y en la horca si es que la víctima no tuvo la suerte
de morir por la ruptura de su tráquea, moría asfixiada, generalmente estos
actos se concebían como "shows" familiares y sobretodo moralizantes .
Analizando lo expuesto anteriormente, no es extraño llegar a la deducción de
que estas prácticas podrían haber constituido un método de distracción, o represión,
e incluso de control de la sociedad de parte de entes gubernamentales o más
directamente de los grupos eclesiásticos, quienes en esa época se les atribuía
un mayor poder de influencia en la sociedad.
Y con este control, personas de cargos más
altos podían obtener todo tipo de privilegios, además de influir, para su
conveniencia, sobre la sociedad.
Para dar una crítica constructiva acerca
de la estructura o forma de redacción del libro; al ser una obra de teatro,
estaba escrita en diálogo, pero cabe destacar que sus acotaciones, pertinentes
a las acciones de los personajes, daban a conocer una redacción más narrativa
que imperativa, y esta característica, en nuestra opinión, cumple una doble
función: una es dar la oportunidad de la representación y por otro lado, una
lectura más fácil y nunca tediosa.
El argumento del libro demuestra
claramente lo fácil que era para una persona con malas intenciones llevar a un
juicio con pena de muerte a una mujer inocente, debido a que no podía
defenderse en lo absoluto y los juicios casi el cien por ciento de las veces
condenaba a juicio a las acusadas, siendo el caso de Salem una historia real
sigue costando creer que en algún momento histórico del ser humano, el animal
más desarrollado, haya asesinado a miles de inocente por ser acusados por un
vecino.
Esperamos que en la actualidad no se
repitan hechos como este, y no comencemos con una cacería de brujas sin razón
alguna.
La verdad sale a la luz
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Imagen extraida de elprimerpasoalmiedo.blogspot.cl |
No
comprendo cómo fue que llegamos a esto ¿En qué nos equivocamos? Pero Dios
siempre hace las cosas por algo, él nos enseña a obedecer... yo inculqué el
respeto en todos los habitantes de este pequeño e inocente pueblo y aun así
pecaron, pecamos todos y Dios nos castigó con su puño por decepcionarlo; nos
merecemos esto, pero no entiendo, como es que tantos habitantes, con los que
compartí las palabra de Dios, ahora están muertas y ejecutadas al estar ligadas
con la brujería. Fallé en mi misión como pastor del rebaño que es este pueblo e
incluso fallé en la misión de educar a mi familia. Les contaré como fue que
todo esto pasó.
Esperábamos al reverendo Hale, quien era la solución que yo veía para
que todo el mal ocurrido se solucionara de la manera más austera posible, pero,
aún con él, nada se solucionó. Mientras ustedes leen tranquilamente estas
palabras, el pueblo que era mi responsabilidad se hunde aún más en la oscuridad,
donde solo el perdón de nuestro Padre nos podrá rescatar... volviendo con la
historia... el reverendo llegó. Hubo mucho disturbio, hasta que el reverendo
escuchó de los labios del señor Putnam "No soporta oír el
nombre del señor, reverendo, esa es una señal segura de brujería" (Miller, 2013), el
reverendo Hale lo corrigió de inmediato; sus investigaciones no se
basaban en especulaciones vanas, el no niega la existencia del demonio, ni nada
menos, pero, basado en su conocimiento, el diablo tiene actos más precisos, que
se dilucidan perfectamente en donde quiera que esté o haya estado, no se basaba
en cuentos de magia. Nos pidió que confiáramos en su juicio. Yo ya no podía con
la incertidumbre. Comenzó haciendo unas preguntas a los presentes, luego se dirigió
a las faldas de la cama de Betty, la intentó hacer despertar, pero se le
escurrió entre los brazos, enseguida recitó unas palabras en latín "In
Nomine Domini Sabaoth sui filiique ad infernos”, frase que perturbaría
al mismísimo Satán, pero nada... hizo llamar a mi sirvienta, Tituba, yo no
tenía idea de que ella estaba involucrada. La interpeló, y ella confesó. No lo
podía creer. En eso mi Betty se incorpora en la cama y comienza a recitar una
lista casi infinita de nombres de personas que ella había visto que
"ayudaban al diablo" y Abigail se le une a recitar nombres.
Tenían a más de treinta y nueve personas de Salem apresadas por
brujería. Estuve presente cuando sacaron de su casa a Elisabeth Proctor, por
tener una simple muñeca sobre la chimenea. Abigail me robó y se fue con otras
muchachas, tal vez por miedo. Después de siete juicios y aplicaciones de sentencias
(personas ahorcadas y aplastadas), di la autorización para que el reverendo
Hale entrara a ver a las personas acusadas en su celda. Yo sabía que Hale podía
hacer algo por ellas, intentamos convencer a Proctor, para que confesara
-aunque no fuera verdad-... y lo hicimos, pero su deseo de no hacer público su
confesión con su nombre y firma, lo llevó directo a su muerte.
miércoles, 13 de septiembre de 2017
La verdad tras los ojos de la inocencia
Hola, tal vez ya me conozcan,
-cómo no conocerme-, soy la hermosa, joven y perfecta sobrina del reverendo
Parris. Mi nombre es Abigail, Abigail Williams, con mi tío vivimos en Salem,
una pequeña congregación, si se puede decir, de aldeanos adeptos a la religión,
el cristianismo, la moral, la ética, las buenas costumbres, y cualquier cosa
que se apegue a eso. Cualquier tipo de vida que se pueda gestar en este lugar,
gira en torno a todo lo dicho anteriormente, e incluso más. En este último
tiempo me he podido percatar de eso, y también de que la mayoría, sino todas,
las muchachas que aquí viven estas atestadas y sofocadas con todas estas
reglas, todos los mandamientos, las obligaciones que nos impone el reverendo. Es
por eso, que para hacer este lugar algo más interesante, le pedí a Tituba, la sirvienta que trajo el
tío Parris de Barbados – país reconocido por la práctica de la santería-, que
me ayudara a hacer un conjuro, “un bebedizo” como dice ella. Reuní a doce
muchachas, y seguimos al pie de la letra las indicaciones de Tituba. Betty, mi
prima, estaba con nosotros y fue quien lamentablemente quien sacó la “peor
parte” en todo esto, al parecer agarró una enfermedad que la tiene inerte en su
cama. Se esparció inicialmente el rumor de que intentábamos dilucidar el porqué
de las muertes de las siete hijas de la señora Putnam, invocando y preguntándoles
a sus espíritus; creo que lo asociaron con la participación de la única hija de
los Putnam, Ruth. Pero mi verdadero objetivo era lograr la infelicidad, el
sufrimiento o incluso la muerte de la maldita Elisabeth Proctor. Ella es mi
único obstáculo para ser feliz con John Proctor, su marido, pero mi hombre.
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Imagen extraida de es.pinterest.com/eyesofacannibal |
martes, 12 de septiembre de 2017
Duerme tranquila pequeña niña inocente
Imagen extraida de Fundación Ronchi- fundacionronchi.com
Me presento, soy el reverendo
Parris y vivo en Salem. Me pagan una miseria por mi trabajo, ni siquiera cuenta
que sea el único reverendo del pueblo, pero aquí estoy. Últimamente en todas
las ciudades se ha comenzado a castigar con la horca a las mujeres que son
acusadas de cometer brujería, algo que para mí es ilógico; creo en Dios y los
demonios pero no veo posible que las personas puedan hacer “brujería”. Lo malo,
y lo que temo, es la posibilidad de que
estas prácticas se establezcan aquí, en Salem. Actualmente mi hija se encuentra
postrada en su cama, inconsciente, he intentado despertarla, pero sigue
desvanecida; ahora yo solo rezo todo el día por ella, mientras conservo la esperanza
de que el reverendo Hale pueda ayudarme… o más bien a mi hija. Él es reconocido
por sus amplios conocimientos en medicina, y de la sanación de otro caso
parecido a este, en el que la persona en cuestión, solo estaba enferma. Además
él posee un pensamiento de la vida muy cercano al mío, pero… ¿Cómo se relaciona
esto con las brujas? A mi querida hija Betty, la están acusando de haber
cometido actos de brujería y rituales profanos a los ojos de nuestro Dios,
junto a unas otras doce muchachas –según rumorea en el pueblo- ¡Pero ella solo
está enferma! Solo estaban bailando en el bosque… nada más. Esto lo supe de la
boca de mi sobrina Abigail, quien fue parte de este supuesto ritual, y me
asevera sus palabras de lo que realmente hacían. A ella le pongo toda mi confianza
en sus manos, debido a que la conozco, desde ese día en que asesinaron a sus
padres y quedó bajo mi cuidado “¡No me avergüenzo de nada!” (Miller, 2013). Aun suenan
sus palabras en mi cabeza, se veía realmente molesta, tal vez herí sus
sentimientos al dudar de ella. Pero el problema es que este rumor se ha
esparcido por todo el pueblo de Salem, los vecinos juzgan, y se aventuran con
sus propias especulaciones de lo que realmente paso esa noche, sin tener la más
mínima prueba en sus manos como para poder injuriar a mi familia, a mi sangre.
Soy consciente de que lo ocurrido aquella noche en el bosque fue algo totalmente
extraño y nuevo para todos nosotros, pero no es menester relacionarlo
automáticamente con actos infames que
involucran al mismísimo Satanás y entes demoniacos, y menos en el caso de una
niña que es parte de la iglesia e hija de un representante de Dios en la
tierra.
Espero que esto se solucione
pronto, junto con la llegada del reverendo Hale, quien me ayudara a dilucidar
la verdad sobre todos estos hechos que han conmocionado tanto a este tranquilo
y aburrido pueblo como a mí y mi familia.
Yo estoy seguro de mi hija, confió
plenamente en su juicio, la defenderé a toda costa y nada ni nadie podrán
cambiar eso, ni siquiera los Putnam.
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