Imagen extraida de Fundación Ronchi- fundacionronchi.com
Me presento, soy el reverendo
Parris y vivo en Salem. Me pagan una miseria por mi trabajo, ni siquiera cuenta
que sea el único reverendo del pueblo, pero aquí estoy. Últimamente en todas
las ciudades se ha comenzado a castigar con la horca a las mujeres que son
acusadas de cometer brujería, algo que para mí es ilógico; creo en Dios y los
demonios pero no veo posible que las personas puedan hacer “brujería”. Lo malo,
y lo que temo, es la posibilidad de que
estas prácticas se establezcan aquí, en Salem. Actualmente mi hija se encuentra
postrada en su cama, inconsciente, he intentado despertarla, pero sigue
desvanecida; ahora yo solo rezo todo el día por ella, mientras conservo la esperanza
de que el reverendo Hale pueda ayudarme… o más bien a mi hija. Él es reconocido
por sus amplios conocimientos en medicina, y de la sanación de otro caso
parecido a este, en el que la persona en cuestión, solo estaba enferma. Además
él posee un pensamiento de la vida muy cercano al mío, pero… ¿Cómo se relaciona
esto con las brujas? A mi querida hija Betty, la están acusando de haber
cometido actos de brujería y rituales profanos a los ojos de nuestro Dios,
junto a unas otras doce muchachas –según rumorea en el pueblo- ¡Pero ella solo
está enferma! Solo estaban bailando en el bosque… nada más. Esto lo supe de la
boca de mi sobrina Abigail, quien fue parte de este supuesto ritual, y me
asevera sus palabras de lo que realmente hacían. A ella le pongo toda mi confianza
en sus manos, debido a que la conozco, desde ese día en que asesinaron a sus
padres y quedó bajo mi cuidado “¡No me avergüenzo de nada!” (Miller, 2013). Aun suenan
sus palabras en mi cabeza, se veía realmente molesta, tal vez herí sus
sentimientos al dudar de ella. Pero el problema es que este rumor se ha
esparcido por todo el pueblo de Salem, los vecinos juzgan, y se aventuran con
sus propias especulaciones de lo que realmente paso esa noche, sin tener la más
mínima prueba en sus manos como para poder injuriar a mi familia, a mi sangre.
Soy consciente de que lo ocurrido aquella noche en el bosque fue algo totalmente
extraño y nuevo para todos nosotros, pero no es menester relacionarlo
automáticamente con actos infames que
involucran al mismísimo Satanás y entes demoniacos, y menos en el caso de una
niña que es parte de la iglesia e hija de un representante de Dios en la
tierra.
Espero que esto se solucione
pronto, junto con la llegada del reverendo Hale, quien me ayudara a dilucidar
la verdad sobre todos estos hechos que han conmocionado tanto a este tranquilo
y aburrido pueblo como a mí y mi familia.
Yo estoy seguro de mi hija, confió
plenamente en su juicio, la defenderé a toda costa y nada ni nadie podrán
cambiar eso, ni siquiera los Putnam.
Hola tío muchas gracias por todo el apoyo que me ha brindado desde que se volvió mi tutor tras la muerte de mis padre, le juro en el nombre de Dios que no hicimos nada esa noche en el bosque.
ResponderEliminarEsto es mentira, es despreciable que un reverendo opine de esta forma, usted también fue afectado por el pecado de su hija y sobrina, esa noche en el bosque cuando fue poseída por Satanás al usar la brujería como un juego de adolescentes. Ya se sabrá la verdad.
ResponderEliminarYa voy en camino reverendo Parris, no es menester caer en la desesperación, con mi llegada al pueblo de Salem podremos dilucidar la verdad sobre los hechos que aquejan a usted y a su familia. Mantenga la calma y rece por nosotros.
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